Breve Historia de Sierra de Bérnia

Breve Historia de Sierra de Bérnia

El Fort de Serra de Bérnia   | © outletrekking.com

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Cronómetro tiempo de lectura lectura 16 minutos

Podríamos extendernos en páginas y páginas sobre cada uno de los temas que exploramos aquí, pero no queremos aburrirte. Es por eso que hemos titulado este apartado «Breve Historia» – una introducción concisa y resumida que te brinde una visión general del tema que estamos abordando, su propósito, un vistazo a su historia, y que despierte tu curiosidad para aprender más.

En Outletrekking.com, nuestra misión es promover el senderismo y el conocimiento de las zonas por las que transitamos. Nos apasiona desvelar la historia, las leyendas, la naturaleza y la geografía que rodean cada ruta. Queremos proporcionar cualquier conocimiento que enriquezca tu experiencia al recorrer estos caminos, permitiéndote ver el entorno con una nueva perspectiva y disfrutar plenamente de la experiencia.

«Así es como entendemos, vivimos y compartimos contigo el senderismo»

    ¡Comencemos!

 

Introducción

La relación del hombre con la Sierra de Bérnia es muy antigua y se remonta a los albores de la historia del hombre, debido a su ubicación geográfica y los recursos naturales que ofrece. Las pinturas rupestres en la Penya de la Ermita del Vicari son testigos de esta historia. Tanto los íberos como los romanos también dejaron su huella en esta zona. Sin embargo, sin duda, el período que más influyó en la historia de la sierra fue la invasión musulmana y la posterior reconquista cristiana, que marcaron el rumbo de los siglos posteriores. El Fort, que ha sido testigo silencioso de todos estos eventos, podría contarnos muchas historias interesantes.

El interior montañoso de las Marinas fue uno de los más nutridos enclaves de población musulmana de la actual Comunidad Valenciana. Tras la conquista por parte de la «Corona de Aragón», esta población fue obligada a dejar las mejores tierras a los colonos y soldados que acompañaban a «Jaime I». Progresivamente, fueron empujados hacia los territorios más desfavorecidos, secos y de montaña. Esta sierra centraba un amplio entorno de forzado asentamiento mudéjar.

Bérnia guarda en sus entrañas tristes historias del pasado. Fue refugio de moros en la revuelta de  1565, mucho antes de la orden de expulsión en 1609. Después de más de 400 años de aquellos sucesos, hoy olvidados, pero arriba cerca de la cumbre, quedan testigos mudos de aquellos tiempos tempestuosos.

También fue refugio de bandoleros como «El Mascarat», que da nombre al desfiladero que corta la continuidad de Bérnia hacia el mar. Pero antes de todo esto, nuestros ancestros en el «Neolítico» dejaron su huella en la roca, dejando un mensaje para la eternidad.

¡Demos un pequeño viaje en el tiempo!

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Pinturas rupestres de la Penya de la Ermita de Vicari  | © outletrekking.com

Pinturas rupestres de la Penya de la Ermita de Vicari

Las pinturas rupestres del abrigo de la «Penya de la Ermita de Vicari».  Fueron descubiertas de manera fortuita en octubre de 1993. La peña está ubicada en la vertiente de solana de la Serra de Bérnia, dentro del término municipal de Altea. El abrigo se encuentra en una zona de difícil acceso a 830 de altitud, se accede a él actualmente a través de un sendero, en un desvío de una senda de montaña de tránsito de ida o vuelta al Forat de Bérnia. El abrigo es de pequeño tamaño, con una superficie de unos 10 metros cuadrados, y está protegido por una reja metálica. Se trata de un conjunto de pinturas rupestres de arte esquemático, datadas del Neolítico, hace más de 5.000 años.

El nombre del abrigo se debe a una cercana construcción ahora derruida, que parece ser una antigua ermita. En uno de sus lienzos de piedra que aún sobreviven se puede ver una hornacina, que es probable que fuera para albergar la figura de un santo. De ahí el nombre de la «Penya de la Ermita de Vicari».

Detalle Pinturas

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  • «Las figuras humanas» son simples y estilizadas, con brazos y piernas alargados, y cabezas reducidas. Se representa de pie, en posición frontal o de perfil.
  • «Los animales» representados son principalmente «cabras, ciervos y peces».
  • «Las cabras» son las más numerosas, y se representan de pie, en posición frontal o de perfil.
  • «Los ciervos» se representan de pie, en posición frontal o de perfil, y con los cuernos extendidos.
  • «Los peces» se representan en posición horizontal, con el cuerpo alargado y la cola bifurcada.

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  • Motivos geométricos: Los motivos geométricos son principalmente «zigzags, puntos y círculos».
  • «Los zigzags» se representan en serie, formando bandas o figuras geométricas complejas.
  • «Los puntos» se representan aislados o agrupados en líneas.
  • «Los círculos» se representan aislados o agrupados en serie.

El significado de las pinturas es desconocido, pero se cree que podría tener un significado ritual o simbólico. Su emplazamiento en un lugar elevado y de difícil acceso sugiere que podrían haber tenido un carácter sagrado.

Las pinturas rupestres del abrigo de la Peña de la Ermita de Vicari son un importante testimonio de la cultura y el arte de las poblaciones prehistóricas que habitaron la Sierra de Bérnia.

Las pinturas rupestres del abrigo de la Peña de la Ermita de Vicari están catalogadas como Bien de Interés Cultural desde 1997, con la categoría de Monumento.

 

El Fort de Bérnia desde la cumbre | © outletrekking.com

El Fort de  Bérnia

También conocido como castillo de Bérnia, es una construcción militar renacentista, se construyo sobre unas terrazas a 850 m, sobre el nivel del mar, el proyecto del fuerte corrió a cargo del ingeniero italiano Giovanni Battista Antonelli, artífice este también del embalse de Tibi. Uno de los más antiguos de Europa, todavía en funcionamiento. El Fort está dentro del término municipal de Callosa d´en Ensarriá.

Es Bien de Interés Cultural desde 1997.

Fue construido en 1565 por orden del rey «Felipe II» para evitar la situación producida en 1526 con la revuelta de los moriscos, que se instalaron en dicho emplazamiento durante largos meses, la finalidad de la edificación era, por un lado, prevenir las revueltas de moriscos y, por otro, defender la costa de los frecuentes ataques de los piratas berberiscos; a esta finalidad eminentemente defensiva, contó con fuertes detractores entre militares de prestigio, como el virrey Vespasiano Gonzaga, quien consideraba el fuerte poco menos que inútil, hemos de sumar el hecho profundamente simbólico de la instalación de un fuerte y un contingente de tropas del rey en posición eminente sobre una zona de predominio señorial.

Se suele decir que los moriscos se hicieron fuertes durante un año en 1609, pero ese dato es erróneo. Esta rebelión tuvo como escenario el Cavall Verd en La Vall de Laguar, siendo la de Bérnia en la terraza dónde está El Fort en el año 1526.

La obra se hizo con todo el mayor secreto posible; la historia dice que en el puerto de Moraira se desembarcaban los materiales y útiles para dicha construcción, pero sin que nadie supiese su destino final; las órdenes iban en un sobre lacrado. Todo esto tenía una justificación: engañar a los moros a fin de que no entorpecieran el transporte.

       Imagen Ministerio de Educación y Cultura – Archivo General de Simancas

El fuerte tiene doble amurallamiento, con un foso seco entre el exterior en forma de estrella de cuatro puntas y el interior, al objeto de dificultar el paso al interior del recinto. Este tiene planta cuadrada con baluartes pentagonales en sus vértices, al que se accede por el eje de la fachada sur.

Con la ley de expulsión de los moriscos de 1609, perdió su valor y a los pocos años en 1612 el fuerte fue abandonado, Felipe III ordenó su demolición para evitar que cayera en manos de los moriscos rebeldes que aún quedan o de las cuadrillas de bandidos.

Tanto esfuerzo para tan solo una vida útil de 47 años.

Serra de Bernia por Portixol Outletrekking.com

Resto de la antigua torre en la cumbre de Bérnia | © outletrekking.com

La Torre de Bérnia

Esta torre, de la que actualmente solo quedan cuatro piedras, parece ser el basamento de una antigua construcción. No se tiene certeza de lo que hubo, ya que solo se menciona de pasada en algunos escritos. Es citada por las crónicas de la conquista que se encuentran en el «Archivo de la Corona de Aragón».

También se hace referencia a ella en el «Nomenclator geográfico eclesiástico de los pueblos de la diócesis de Valencia» de Sanchis Sivera (1867-1937), que habla sobre la existencia de una fortificación en el siglo XIII, durante la conquista cristiana.

El ingeniero Antonelli, en la preparación del proyecto del Fuerte de Bérnia, hace una descripción sobre la sierra de Bérnia y refiriéndose a la cumbre, dice lo siguiente: «donde hay los vestigios de una torre y una casa antigua, que se denomina El Castell».

En cualquier caso, sería interesante que los arqueólogos excavaran en el lugar y certificaran su origen y cronología.

Tal vez nos llevemos una sorpresa y descubramos que la torre es anterior a la conquista musulmana o cristiana, y que data de la época de los iberos o los romanos.

La leyenda del Mascarat

El desfiladero de El Mascarat | © outletrekking.com

El Bandolerismo en Serra de Bérnia

La Serra de Bérnia es un lugar con una rica historia y geografía interesante. Como mencionamos, su abrupta topografía y ubicación estratégica la hicieron propicia para la actividad de bandidos en el pasado.

El desfiladero conocido como «El Mascarat», que conecta las localidades de «Benissa y Altea», tenía un papel importante en la historia de la región, ya que proporcionaba un lugar ideal para emboscar a los viajeros desprevenidos.

Esta área, con su paisaje montañoso y desfiladero, ofrecía refugio y ventajas defensivas para aquellos que deseaban esconderse y protegerse de las autoridades u otros enemigos. Durante épocas pasadas, los bandidos y forajidos a menudo se aprovechaban de tales ubicaciones para llevar a cabo sus actividades delictivas y esquivar la justicia. La historia de la Serra de Bérnia y el desfiladero de «El Mascarat» seguramente está llena de intrigantes episodios relacionados con estas actividades de bandidos y la lucha por el control de la región.

Nuestra comunidad sufrió las consecuencias del bandolerismo como si fuera una plaga, que persistió hasta las primeras décadas del siglo XX, pero su apogeo se dio desde mediados del siglo XVI hasta finales del XVII. En esta época de peculiar vigor, se vivieron los años más sanguinarios y violentos, con partidas organizadas por numerosos individuos que generaban caos e inseguridad. Sus acciones no se limitaban únicamente a las montañas, sino que se extendían a través de «razzias» y ataques en las riberas, huertas, caseríos y poblaciones. Las intrincadas montañas de La Marina se convirtieron en uno de los principales bastiones del bandolerismo en todo el Mediterráneo español.

No fue sino hasta los años que van entre 1668 y 1680 que comenzó su declive, gracias a la mayor eficacia de las fuerzas estatales, las cuales lograron desarticular a las bandas más violentas y sanguinarias. La idea popular del «bandido bueno y noble», que compartía sus ganancias con los necesitados, como la leyenda de «El Mascarat», era quizás más una idea romántica que una realidad. Si bien es posible que existiera alguno con ese perfil, la gran mayoría de los bandoleros eran delincuentes sanguinarios que no discriminaban por género ni clase a la hora de robar y matar. Es importante tener en cuenta que en aquellos tiempos difíciles y duros, la vida de aquellos nacidos en la pobreza, que eran la mayoría, no tenía mucho valor, y la muerte era aún menos apreciada.

Todo tenía un motivo, incluido el bandolerismo: la marginación de los mudéjares y el acoso agermanado, con matanzas y conversiones forzadas; el crecimiento demográfico y la disminución de los salarios; la constante inseguridad de la población cristiana, que vivía entre la comunidad musulmana incitada a la rebelión; la amenaza constante de la piratería norteafricana; la injusticia social, la corrupción en la justicia y el gobierno, así como la desigualdad social. Todos estos factores, y posiblemente muchos otros desconocidos, llevaron a que muchas personas se refugiaran en las montañas para sobrevivir.

A finales del siglo XVII, durante el apogeo del bandolerismo en La Marina, en las zonas cercanas a la Serra de Bérnia, surgieron partidas de bandidos conocidas como los «Cruanyes» y los «Xolvi», que alcanzaron triste notoriedad con sus fechorías. Estas partidas estaban compuestas en su mayoría por individuos de los pueblos cercanos a la Serra de Bérnia, muchos de ellos eran familiares, y actuaban de manera similar a la «Cosa Nostra», extorsionando, robando, matando y ofreciendo protección a caciques y señores, además de resolver disputas con otras bandas de bandidos.

Como puedes ver, no hay nada nuevo bajo el sol; las dinámicas de supervivencia son una parte inherente de la naturaleza humana, programada en nuestros genes a lo largo de la evolución para sobrevivir a toda costa y pese a quien pese.

Se produjo un enfrentamiento entre estas dos bandas de bandidos debido a la muerte de un rico hacendado de Benissa a manos de un miembro de los«Cruanyes», lo cual desencadenó una sangrienta venganza. Los «Xolvi» mataron al hermano del asesino, hirieron a un joven e insatisfechos, también asesinaron a la madre, la hermana y dos primos del homicida, siguiendo un patrón similar a las vendettas corsas y sicilianas. Los «Cruanyes» no se quedaron atrás y se enfrentaron a los «Xolvi» en el Pla de Teulada, lo que resultó en una verdadera batalla campal con más de cien hombres en cada facción, con varias bajas en ambos bandos.

El bandolerismo, a menudo glorificado en la literatura y la cultura popular, no era en realidad romántico ni idílico. Si bien algunas personas pueden idealizar la figura del bandido como un defensor de los oprimidos, la realidad histórica muestra que la actividad bandolera a menudo estaba relacionada con la violencia, el robo y la injusticia.

Los bandoleros, en su mayoría, operaban al margen de la ley y a menudo causaban sufrimiento a las comunidades locales a través de sus acciones delictivas. Su existencia suele estar vinculada a situaciones de conflicto social, desigualdad, pobreza y falta de oportunidades. Aunque algunos de ellos podrían haber tenido razones legítimas para luchar contra las injusticias de su tiempo, sus métodos a menudo implicaban la violencia y el caos.

El bandolerismo no fue simplemente una aventura romántica, fue un fenómeno complejo que tuvo causas diversas, pero que en su mayoría se originó por problemas sociales; la desigualdad, la pobreza, la injusticia, la corrupción y la opresión de las clases bajas fueron factores que contribuyeron a la proliferación del bandolerismo.

En la mayoria de casos, los bandoleros eran personas que habían sido victimizadas por el sistema. Habían sido abandonados por el Estado, o habían sido maltratados o explotados por los poderosos.  Como resultado, esto creo seres humanos que eran verdaderas maquinas de supervivencia, verdaderos monstruos descontrolados que recurrian a la violencia para sobrevivir. 

Es fundamental conocer la historia para comprender que el pasado no fue necesariamente mejor, que muchas de las dinámicas humanas han perdurado a lo largo del tiempo y sobretodo que todo es consecuencia de algo. Conocer la historia nos permite aprender de nuestros errores del pasado y evitar repetirlos en el presente.

Para ampliar más la información te recomendamos el siguiente artículo:

«La Leyenda del Mascarat – Serra Bérnia»

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La Leyenda del Cavall Verd – La Vall de Laguar

La Leyenda del Cavall Verd – La Vall de Laguar

 El Cavall Verd desde Benimaurell – La Vall de Laguar | © Outletrekking.com

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Cronómetro tiempo de lectura lectura 7 minutos

En la idílica comarca de la Marina Alta, en la provincia de Alicante, se encuentra un rincón mágico conocido como la Vall de Laguar. Este tranquilo valle, rodeado de montañas y bañado por la gracia y la belleza del cercano mar Mediterráneo, esconde una leyenda que ha intrigado a generaciones de lugareños y viajeros. Se trata de la leyenda de «Ezme y el Cavall Verd» , una historia que te transportará a un tiempo pasado donde la realidad se entrelaza con la Leyenda.

¡Comencemos!

 Rebelión de Laguar | 1613. Jacinto Espinosa. Imagen propiedad de la Colección Fundación Bancaja

Situación histórica

1609 año de la expulsión de los moriscos

Las incursiones de los moros berberiscos asolaban toda la costa mediterránea, saqueando pueblos, cometiendo robos, asesinatos y secuestrando personas para venderlas como esclavos o pedir rescates. Estos ataques a menudo contaban con la complicidad desde tierra de algunos moriscos que colaboraban con los asaltantes. Otro factor desencadenante fue la intransigencia religiosa por ambas partes. Todo esto, junto con otras causas, llevó a la expulsión de los moriscos. Los primeros moriscos expulsados fueron los del Reino de Valencia, el decreto se hizo público el 22 de septiembre de 1609, quienes habían habitado esta tierra durante más de siete siglos dejando su impronta con paciencia y respeto, tuvieron que abandonar la tierra que les vio nacer, siendo estos tan valencianos o españoles como el resto que habían llegado a sus tierras, simplemente profesaban otra religión.

Desde nuestra perspectiva actual es difícil comprender completamente lo ocurrido en aquel tiempo, y sería injusto juzgar a unos y otros, lo único cierto es que como en todas las guerras que a la postre controlan los poderosos; para ampliar su poder y dominio sobre los demás, los que realmente pierden son los de siempre: la gente humilde, los desheredados, los parias de la tierra, Los Nadies, como se refiere Eduardo Galeano en su magnífico poema, tristemente actualmente no ha cambiado nada, siguen habiendo expulsiones y masacres en el mundo, sin embargo somos unos hipócritas, miramos hacia otro lado con lo que sucede hoy y nos rasgamos las vestiduras por lo que paso ayer, como la expulsión de los moriscos de 1609 o la anterior de los judíos en 1492 o con otras de las tantas injusticias del pasado perpetradas por la humanidad a nivel planetario en cualquier y por cualquier país.

Con el pasado ya no se puede hacer nada pero con el presente si, por eso es importante no olvidar nunca estos hechos, como bien expresó el filósofo español Jorge Ruiz de Santayana:

«Quien olvida su historia está condenado a repetirla».

La Leyenda del Caval Verd - Azme

 Ezme | Imagen generada por IA | © Outletrekking.com

Ezme y la profecía del Cavall Verd

Entre la realidad y la ficción, se recuerda una leyenda:  en el siglo XVII habitó en estos valles una mujer morisca llamada «Ezme», a la cual, la población morisca respetaba, debió ser una especie de curandera y hechicera, que lidero al pueblo morisco en aquellos tiempos convulsos.

«Ezme» viendo a su pueblo derrotado y abatido:

«rescató de la memoria de los moriscos españoles una antigua profecía musulmana que versaba sobre la llegada de un mítico e invencible caudillo llamado «Alfatim» que reconquistaría al-Ándalus a lomos de un caballo verde».

La hechicera morisca divisó en el horizonte del valle una imagen liberadora: quiso ver la silueta de una silla de montar insinuada entre los dos picos con una hendidura en medio, sobre el imponente lomo cubierto de verdor de la sierra; aquellos moriscos españoles del siglo XVII, derrotados y vencidos hicieron lo único que podían hacer, depositaron sus últimas esperanzas en aquella montaña, a lomos de un caballo verde imaginario cuyo jinete liberador; el mítico e invencible caudillo «Alfatim», nunca llegó a montar.

Al margen de historias románticas y leyendas, lo que posiblemente ocurrió de verdad; es que los moriscos desesperados se agruparon con sus familias y enseres, alimentando no la llegada del mítico guerrero en su caballo verde; si no, por la vana esperanza de que el decreto real fuera revocado, y para ganar tiempo se replegaron en un lugar de difícil acceso para las tropas como es el Penyo Roig, la verdadera historia narra que estos fueron dirigidos y organizados por un molinero de Guadalest llamado Menilli.

Pero la cruda realidad fue que en noviembre de 1609, las tropas reales, con los expertos y bien pertrechados tercios de Nápoles y Sicilia, en una lucha desigual, tomaron el peñón, dando muerte a 1500 moriscos, entre hombres, mujeres y niños: los supervivientes fueron conducidos a Denia, para ser embarcados hacia distintos puertos de la costa norteafricana.

Aunque la leyenda no sea cierta, en la actualidad el Penyó Roig o Cavall Verd sigue recortando su silueta en el horizonte y manteniendo viva la verdadera tragedia y el recuerdo de aquellos moriscos españoles que en un acto de desesperación por sobrevivir y seguir arraigados a su tierra, que era tanto de ellos o más, que de los otros, se refugiaron en su cima, con la esperanza de que todo cambiara, pero por desgracia para ellos, eso nunca ocurrio.

Fleix vistas Cavall Verd_resultado

El Cavall Verd desde Fleix |  © Outletrekking.com

La Vall de Laguar un valle de Leyendas

Existe otra leyenda que está indirectamente relacionada con la Vall de Laguar: la del Mascarat, un bandido que asaltaba a los viajeros en el desfiladero de la Serra de Bérnia y que le da nombre al mismo, conocido como «El Mascarat». Según cuentan las leyendas, este bandolero procedía de La Vall de Laguar.

Nos pareció tan interesante la historia que creamos un artículo titulado «La Leyenda del Mascarat – Serra Bérnia». En este artículo, narramos la historia de este famoso bandolero. Para obtener más detalles, puedes hacer clic en el enlace que proporcionamos con el nombre de la entrada en el texto o encontrarás el enlace al artículo más abajo.

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Artículos de interés

La Leyenda del Mascarat – Serra de Bérnia

La Leyenda del Mascarat – Serra de Bérnia

El Mascarat  imagen de Google Earht |© Outletrekking.com

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Cronómetro tiempo de lectura lectura 10 minutos

Antes de la era de internet, la información no fluía como ahora, si querías saber algo que no era de interés general tocaba buscar libros que hablasen del tema que estabas interesado.  La cuestión es que aunque había oído hablar sobre la leyenda del Mascarat de manera popular, realmente quien me iluminó al respecto fue Rafael Cebrián con uno de sus libros, que  junto a otros, como Antonio Calero, son autores históricos de libros de montaña en la Comunidad Valenciana, era  otra época y otra forma de ver y vivir la montaña, quizás con una visión más romántica que la actual; pero volviendo a Rafael Cebrián narraba entre muchas otras cosas, la curiosa leyenda del Mascarat; por cierto quiero desde esta humilde página agradecerle a él y de paso a todos los autores que en aquella época, hicieron un trabajo sin igual por difundir la pasión por la montaña, el entorno natural y la historia; en unos tiempos que colgarse una mochila y calzarse unas botas de montaña era una rareza de locos o de gente ociosa, por todo eso: gracias por el conocimiento e inyectarnos la pasión por la montaña.

             ¡Comencemos!

Sierra de Bérnia - La Leyenda del Mascarat - outletrekking.com

Serra de Bérnia desde la Serra de Oltá | © Outletrekking.com

La Serra de Bérnia y El Mascarat

La Serra de Bérnia era uno de esos lugares propicios para «el echarse al monte», su abrupta topografía, junto con su estratégica ubicación para esconderse y defenderse, siempre la convirtió en un lugar propicio para la actividad de los bandidos.

Su prolongación hacia el mar se ve abruptamente interrumpida por un impresionante tajo que la separa del mar, desde aquí pasa a llamarse Serra de Toix, y en su extremo marino Morro de Toix; como decía, este profundo desfiladero conocido actualmente como El Mascarat tiene en su toponimia un claro vínculo con el personaje de este artículo; el estrecho desfiladero que conecta las localidades de Benissa y Altea resultaba ser el sitio perfecto para emboscar a los viajeros desprevenidos.

Sierra de Bérnia - La Leyenda del Mascarat - outletrekking.com

El Mascarat desde la Serra de Oltá | © Outletrekking.com

El Bandolerismo 

La provincia de Alicante, en la Comunidad Valenciana, es conocida por su belleza natural, playas deslumbrantes y una rica historia. Sin embargo, en el pasado, también fue testigo de un fenómeno intrigante: el bandolerismo. Durante siglos, «La Millor Terreta del Món» fue escenario de diversas actividades bandoleras, cuya continuidad llega hasta las primeras décadas del siglo XX, con especial pujanza entre los períodos que van de mediados del XVI hasta finales del XVII, en este período el bandidaje en la comunidad se destaca especialmente por vivir los momentos más negros por ser violento y sanguinario; en este contexto nos encontramos con la leyenda de El Mascarat, pero a diferencia del resto, un bandido generoso y no violento. En este artículo, aparte de la leyenda, queremos explorar un poco los motivos que hay detrás de este fenómeno, antes de acometer la leyenda de El Mascarat.

El bandolerismo tuvo sus raíces en una serie de factores socioeconómicos y políticos que afectaron a la región durante diferentes períodos de la historia. Aquí hay algunos motivos clave que contribuyeron al surgimiento de los bandoleros:

Desigualdad Social y Pobreza:

En muchas áreas de la Comunidad Valenciana, especialmente en las zonas rurales, la desigualdad social y la pobreza eran endémicas. La falta de oportunidades económicas y la escasez de tierras fértiles llevaron a que algunos individuos se vieran obligados a recurrir al bandolerismo como una forma de subsistencia.

Inestabilidad Política:

Durante ciertos períodos de la historia española, como el siglo XIX, España experimentó inestabilidad política y conflictos armados. Esto creó un ambiente propicio para la aparición de bandoleros que operaban en las áreas rurales y montañosas, donde podían evadir fácilmente la persecución.

Represión y Justicia Corrupta:

En ocasiones, la represión gubernamental y la corrupción en el sistema de justicia llevaron a que algunos individuos se convirtieran en bandoleros como una forma de rebelarse contra un sistema percibido como injusto.

Podemos decir que el bandolerismo tanto en la provincia de Alicante como en el resto de la Comunidad Valenciana y del país fue un fenómeno complejo y multifacético, impulsado por factores socioeconómicos y políticos. Las leyendas de los bandoleros, como la de El Mascarat, continúan siendo parte importante de la cultura y la memoria histórica del pueblo. A través de estas historias, se mantiene viva una parte del pasado que, aunque a menudo romántica en la representación popular, también refleja la dura realidad de épocas pasadas y que nuestros dirigentes más que el pueblo no deberían olvidar nunca.

El Mascarat la leyenda

El Mascarat, imagen generada por IA  | © Outletrekking.com

La Leyenda del Mascarat

El nombre «Mascarat», que significa «el enmascarado», ha quedado grabado en la historia escrita, gracias a la leyenda que la tradición oral ha transmitido de la siguiente manera:

El Mascarat, fue un bandido solitario que como hemos dicho anteriormente da nombre al desfiladero que corta transversalmente la sierra en su tránsito al mar, este bandido a diferencia de otros ha sido inmortalizado por una historia, que no sabemos si es real o ficticia, ya que existe diferentes versiones y lugares de procedencia, pero a diferencia de las historias de otros bandidos, esta no está marcada por la crueldad y la violencia, sino más bien por la generosidad del forajido.

La historia del Mascarat empieza en la Vall de Laguar; Un joven de gran riqueza, atractivo natural y buena fortuna, vivía siendo querido y respetado por su amabilidad innata y su carácter afable. No le faltaban amores, y muchas jóvenes suspiraban por él.

De manera inesperada y sin razón aparente, el afortunado joven perdió la alegría: huraño y retraído, evitaba la compañía de amigos con quienes había compartido su felicidad. Se sumía cada vez más en la soledad y la tristeza.

Un día, inesperadamente, desapareció, sin que nadie supiera qué penosos acontecimientos pudieron motivar su misteriosa ausencia.

Retorno a La Vall de Laguar

Después de algunos años, al caer la tarde, un campesino que se dirigía a su casa se encontró con el cuerpo sin vida de un hombre tendido frente a una antigua vivienda abandonada. Este hombre estaba vestido de negro y llevaba una capucha que ocultaba su rostro, era el Mascarat.

Al descubrir su rostro, el campesino se horrorizó al ver las facciones deformadas por la lepra, pero aun así pudo identificar al enmascarado como el protagonista de nuestra historia.

Este triste hallazgo reveló el misterio de su desaparición, que había sido causada por el tormento de una enfermedad incurable que lo había condenado a la soledad.

Cuando el desdichado sintió que la muerte se acercaba, se arrastró hasta la que había sido su casa, en un último intento por recuperar los felices recuerdos de su niñez y juventud perdidos. Sus tristes restos, el traje negro y la máscara que ocultaba su desfigurado rostro, desvelaron el secreto que había rodeado la vida del bandido enmascarado del estrecho paso de Serra de Bérnia.

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